Que extraño que sólo príncipes se tornan

En sapos, que extraño que sólo varones

Se vuelvan reptiles. Y sólo se

Salven con mágicos besos de bellas

Doncellas. Yo me transforme en sapo,

En cuerpo de sangre fría para ver

Si, Tú princesa me salvas con un abrazo

Y me das calor con la luz de tu mirada.

 

La princesa está triste ¿qué tendrá

La princesa? Acaso padece de amor,

Enfermedad transitoria y bella,

Que deja recuerdos placenteros, y sueños

De ilusiones; malaria que se cura

Con ¡otro trago de lo mismo por favor!

Cuánto antes, y un beso parecido.

 

Cada día podría ser tu novio,

Alguno que te diga te quiero,

Pero si me escoges a mi,

Contigo me quedo.

Ya no estés triste princesa del corazón

Ya roto, amiga del ratón herido,

Amante del pescado semihundido.